Santo Domingo.- La sorprendente e inesperada suspensión de funciones de Federico Antún Batlle como presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) coloca a esa organización política al borde de sus peores crisis internas luego del fallecimiento de su líder máximo, Joaquín Balaguer, el 14 de julio de 2002.
Este nuevo elemento de conflicto surge encima de una crisis de división que ya afecta al partido que más ha gobernado el país desde la presidencia de la República.
En una etapa post electoral, período llamado a que los partidos se reinventen y reestructuren sin mayores traumas, el PRSC parece cavar más profundo hacia su división interna, que por años lo mantiene cada vez más alejado de alcanzar el poder político.
En aras de la unidad y recomposición del PRSC, una maniobra política sabia, en un período crítico y crucial del reformismo, mandaba una renuncia de Quique Antún, afectado en los últimos años por unos problemas de salud que lo han limitado en su accionar en medio de una competencia política feroz que libra el país político.
En un intento de “madrugar” en la temprana carrera hacia el 2020, un grupo de dirigentes rojos ha sorprendido este domingo asestando un “golpe de mando” a Quique Antún, quien había sido elegido por cuatro años presidente del Partido Reformista mediante asamblea celebrada en el 2014. Institucionalmente cesaba en el 2018.
Los “demonios sueltos” en el PRSC, otra vez de tantas ocasiones, deja claro un inminente cuadro inmediato: Retorno de los reformistas suspendidos a raíz del pasado proceso electoral, y por otro lado renuncia o expulsión, según el nivel de las reacciones en contra de la suspensión que asuman los aliados a la gestión de Antún Batlle.
Esta nueva crisis del reformismo viene con un elemento inesperado, y es que dos de sus dirigentes más conservadores y conciliadores aparecen como los principales protagonistas del conflicto: Ito Bisonó y José Hazim Frappier.
Motivos de la suspensión
La suspensión de Quique Antún ha sido bajo el argumento de presuntamente haber cometido faltas graves en el ejercicio de sus funciones.
La Comisión Ejecutiva fue el órgano que ejecutó la sanción política, reunida en un hotel de la capital, y con la asistencia de 376 dirigentes de una matrícula de 526.
El sector que decidió la expulsión ha convocado a una asamblea de delegados para el 19 de febrero próximo, donde se supone serán escogidas nuevas autoridades a los fines de relanzar al PRSC de caras al 2020 con candidaturas propias en todos los niveles.
"Reflejo de la Sociedad"
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