
Es la primera conversación conocida entre un presidente en activo o
electo estadounidense y su homólogo taiwanés desde la ruptura en 1979, de las
relaciones diplomáticas entre ambos territorios.
Se desconoce si la conversación señala
la voluntad del republicano de alterar, cuando asuma el cargo el 20 de enero,
el enfoque diplomático de la primera potencia mundial respecto a Taiwán, o si
es fruto de la improvisación.
Desde 1978,
Washington reconoce a Pekín como el único gobierno soberano de China. Al año
siguiente cerró su Embajada en Taipéi.
EE UU adopta desde 1972 la llamada
política de Una China en la que considera
oficialmente que Taiwán forma parte de China, desmarcándose así de las posibles
ambiciones independentistas de la isla. La Casa Blanca dijo, tras la llamada de
Trump, que mantiene vigente esa política.
Durante la campaña, Trump abogó por la
confrontación con China al amenazar con imponerle aranceles comerciales para
frenar las deslocalizaciones de empresas. Al mismo tiempo, el republicano
sugirió que sería tolerante ante las ambiciones expansionistas chinas en la
región y que avalaría que Japón y Corea del Sur desarrollaran armas nucleares.
También rechazó el TPP, el tratado de libre comercio entre EE UU y 11 países
del Pacífico, que excluye a China.
“Durante la
conversación, destacaron los lazos económicos, políticos y de seguridad entre
Taiwán y Estados Unidos”, señala un comunicado del equipo de Trump.
“Estados Unidos no
apoya la independencia de Taiwán. Mantener una relación fuerte y no oficial con
Taiwán es un objetivo principal de EE UU, en línea con el deseo de más paz y
estabilidad en Asia”, detalla el Departamento de Estado en su análisis de
las relaciones con Taipéi.
Washington, añade, mantiene el
compromiso de ayudar a Taiwán en su “capacidad defensiva” e insiste en la
resolución pacífica de las diferencias territoriales con China. Y se opone a
decisiones unilaterales por parte de Pekín o Taipéi que rompan con la política
de Una China.
La llamada de Trump
tiene lugar en la misma semana en que el alcalde de la ciudad de Taoyuan
confirmó los rumores de que el magnate inmobiliario está considerando construir
un hotel en esa ciudad taiwanesa, según informa la publicación Taiwan News.
La conversación con
la presidenta taiwanesa es el incidente diplomático más grave de Trump desde
que ganó las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Pero en otras
llamadas esta semana, con los líderes de Pakistán y Filipinas, el futuro
mandatario ya se ha desmarcado de línea oficial de EE UU respecto a ambos
países.
DIARIOMETROPOLITANO.NET
"Reflejo de la Sociedad"
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