Por Manuel Hernández
Villeta.- Fidel Castro se levanta como uno de los grandes hombres de América
Latina. Su lucha en Cuba y América Latina por la libertad de nuestros pueblos,
lo coloca en un pedestal a la altura de Bolívar, Martí, Máximo Gómez, San Martín,
Luperón….
Las dos grandes figuras de América Latina en el Siglo XX fueron
Fidel Castro y Ernesto -El Ché- Quevara. Hoy los dos están
muertos. Las grandes revoluciones paren los hombres para dirigir el proceso,
pero con su desaparición llega el vacío.
La revolución es una maquina en constante movimiento. Nunca sus metas se
deben congelar. Siempre hay marcas que superar, pasos que alargar e ideas que
tienen que ser renovadas. Luego de los reconocimientos a Fidel Castro hay
que pensar en el próximo paso.
Para que la revolución cubana continúe, tiene que cerrar la era de los
Castros, y pasar a una transición generacional. Ha llegado el momento de poner
nueva sangre, nueva cara, nuevas metas a los cubanos.
Si una revolución se queda petrificada en el tiempo perece. Con Fidel vivo
esos cambios eran imposibles. El hombre construye sus propios métodos. El líder
es él y sus circunstancias. Las de Fidel seguirán como el gran ejemplo y el
pensamiento a seguir, pero hay que relanzar la marcha, y entrar de lleno
al siglo 21.
Las conquistas de la revolución cubana nunca podrán ser echadas hacia
atrás. El nuevo impulso debe ser para superarlas. Nadie ha hecho en América
Latina más que Fidel en los reglones de educación, salud, seguridad social,
mejoramiento de los niveles de vida y solidaridad.
Los cambios se darán en esta Cuba sin Fidel con orden, o con anarquía. De
ahí la importancia en que el cambio generacional se dé guiado por los líderes
tradicionales, valga decir por Raúl. Lo que más conviene a Cuba ahora mismo
es un capitalismo de Estado. El modelo Chino tiene que ser el camino a
emprender por los cubanos.
Pero ese paso tiene que ser dado por un timonel que sea con sangre
nueva, e ideas innovadoras. Lo viejo debe morir, para dar paso a lo nuevo. Es
una ley de la subsistencia humana. El cambio generacional puede llegar en medio
de la anarquía y hasta la violencia. De ahí que es inevitable su
materialización inmediata en paz.
Pero la revolución se mantendrá firme, a pesar de los posibles
choques, por dos razones: tiene dos instituciones fuertes que garantizan
su permanencia. El Partido Comunista Cubano y el ejército. Muy difícil
que se fraccionen estas dos columnas del poder. Sobre todo los militares, que
deben ser los herederos directos de Fidel.
A Pleno Sol
DIARIOMETROPOLITANO.NET
"Reflejo de la Sociedad"
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