
Sencillamente una parte considerable de esa juventud que muchos
vituperan es el excremento de los experimentos sociales degradados por
sectores nacionales y extranjeros.
El embarazo de niñas y
adolescentes no es una moda sexual, sino la ecuación dolorosa de la exclusión y
el abandono.
Si hay jóvenes sin estudios, es el sistema y los grupos sociales que han
tenido el poder por siempre los que se deben ver en el espejo y avergonzarse
de ese rostro. La educación está vedada para los pobres, para los que carecen
de abolengo.
Las estadísticas son claras sobre la deserción escolar y el
analfabetismo entre la masa juvenil.
En el último siglo no han mejorado las condiciones sociales colectivas
en el país por lo que se mantiene en la ignorancia a la mayor parte de la
población. Se han dado saltos individuales que sirven para fijar bien la regla
de juego. Hay un embudo por donde se le hace difícil poder a una minoría débil
llegar a la tierra de la esperanza.
¿Y el trabajo?. Nadie está desempleado porque no le guste trabajar. Hay
que buscar ese desempleo en la mala distribución de la riqueza, en la
oportunidad que no llega a los que se quedaron atrás en el proceso educativo;
en que es difícil, por no decir imposible llegar al primer empleo si no se
tiene apellido y se logra quién dé un empujón.
La política rompe esa trayectoria negra. En el partidismo no hay Ni
& Ni porque la fuerza de exhibición y arrojo por el triunfo partidista
hace olvidar todo y en el Estado los de pies descalzos se ponen charol y se
rocían con perfume de buen oler.
La desgracia de la juventud es que le quitaron
el derecho a ser contestaría, a tener ira, a sufrir porque sus esperanzas están
lejanas y para darle un falso aliento le abren las puertas para que transiten
por el mundo mágico, irreal y destructivo de los estupefacientes.
Nuestra juventud no es un mote de moda sino lo que queda de los que
ofrendaron sangre y vida por un mundo mejor. Hoy están obnubilados en el
desgane, perdido el horizonte, sin metas, sin brújulas, sin pasado y sin
futuro. Sólo hay que recordarle que todo comienza hoy. El pasado se fue y el
futuro podría no llegar. Todo es hoy.
En el cine hay dos personajes que fueron rebeldes sin causa mientras
crecía el imperio se intervenía en el mundo entero y la fría
diplomacia paría guerras devastadoras donde se perdió la inocencia,
mientras se ampliaba el conteo que convirtió en cadáveres
insepultos en playas lejanas a lo mejor de la juventud norteamericana.
Quedan en el simple recuerdo de lo frustrante de la juventud dos héroes
de celuloide. Primero, Marlon Brandon,( The wild One, 1953) con chamarra de
cuero, tabaco en la comisura de los labios, motor entre las piernas y
pandillas corriendo velozmente sin ir a ninguna parte; y segundo, Jimmy Dean,
el eterno Rebelde sin Causa, perdido sin saber su camino, pero con la dicha
entre ficción y realidad de ser siempre joven al quedar su hoy congelado por
la imprudencia al frente del volante en una carretera sin nombre.
¿Cuándo volverá la ira a la juventud dominicana?. Sin esperanzas, se da
el primer picazo para sepultar hoy los sueños de un futuro mejor.
A Pleno Sol
DIARIOMETROPOLITANO.NET
"Reflejo de la Sociedad"
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